Industria Portuaria

El modelo laboral portuario mostró a inicios de 2014 su frágil sostén y cuestionó la viabilidad en el largo plazo de mantener el modelo basado en Contratos de Provisión de Trabajo con finiquito diario, que requiere la adaptación de una industria que presta un servicio portuario en una economía globalizada.

Luego de las transformaciones vividas por el mercado portuario, no se pretende rigidizar el funcionamiento de los puertos y menos influir en aumentos de costos que puedan afectar su competitividad. Se trata de generar las condiciones para que el mundo laboral se sienta incorporado a esta nueva realidad dentro de un ambiente donde se respeten las normas de seguridad, las condiciones de ingreso al sector se hagan sin limitaciones, pero siempre dentro del cumplimiento de mínimos conocimientos y de condiciones contractuales justas e igualitarias. Esto último no tiene relación con establecer niveles de remuneración rígidos o requisitos contractuales específicos y obligatorios para las partes, sino que más bien un marco que tienda a eliminar la informalidad en el sector.

Por otro lado, comienzan a hacerse presentes naves de mayor calado, eslora y manga, las que requieren mayor eficiencia y menor tiempo de espera, lo que implica invertir fuertemente en infraestructura, instalaciones y equipamiento. En ese contexto, es necesario estudiar opciones de aumento de capacidad en las instalaciones actuales y en construcción, ante eventuales atrasos o incrementos de demanda no previstos. En 2014 se vio avances en los casos de Puerto Central, Puerto Panul y San Antonio Terminal Internacional en San Antonio, sin embargo no se lograron avances sustantivos en la materialización del proyecto Terminal Cerros de Valparaíso en Valparaíso y se generó una pérdida de capacidad en Iquique, producto de los terremotos del 1 y 2 de abril.

Más allá de la posibilidad que el sistema de concesiones es (sea) perfectible, existe acuerdo respecto a que ha tenido, a través de una importante inversión, principalmente privada, la capacidad de modernizar el sistema portuario, incorporando nuevas tecnologías, lo que ha traído consigo una mayor eficiencia, reflejada en los altos niveles de transferencia alcanzados.

Entre los actores existe un gran consenso de cómo se han hecho las cosas. No obstante ello, y producto de la realidad actual del mercado, se plantea que debe existir una mayor capacidad de reacción frente a los nuevos desafíos, como también la posibilidad de transformación y cambio para continuar siendo competitivos, es decir, se debe ir acorde al comercio exterior, debido a que este último es cada día más exigente. Complementariamente es necesario profundizar los niveles de competitividad de la cadena logística.

El programa de Gobierno de S.E. la Presidenta de la República, consigna expresamente la meta de alcanzar un mayor desarrollo del sector portuario. En particular, se busca incrementar la capacidad de transferencia de los puertos estatales de la Región de Valparaíso en un horizonte de 15 años. Ello implica la construcción de un puerto a gran escala en la zona central. Donde parte de la inversión será realizada por los privados que obtengan la concesión para construir los nuevos terminales, pero otra parte, la infraestructura de abrigo, será financiada directamente por el Estado y recuperada posteriormente mediante tarifas a la operación de naves.

Para ello estamos trabajando en la debida coordinación con la autoridad sectorial, esto es, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, y las Empresas Portuarias San Antonio y Valparaíso. Un actuar coordinado, nos permitirá generar el diseño, promoción y ejecución del PGE, definiendo no solo su oportunidad y emplazamiento, sino que coadyuvando a definir las obras de ingeniería necesarias (incluyendo vías de acceso de los modos terrestre y ferroviario), el sustento legal del proyecto, su viabilidad financiera y social, además de resolver su difusión en la comunidad y a los potenciales oferentes en el proceso a licitación pública internacional al que se llamará. Durante el año 2014, los Directorios de las Empresas Portuarias Valparaíso y San Antonio acordaron con sus concesionarios la extensión en 120 metros del Terminal Pacífico Sur y de San Antonio Terminal Internacional en 131 metros, lo que permitirá atender a las nuevas naves de diseño que arriban a nuestras costas, con capacidades superiores a los 9.000 contenedores.

En San Vicente se avanza con la reconstrucción del Puerto de San Vicente, lo que redundará en contar con un Puerto de clase mundial en la región del Bío Bío.

Los desafíos para 2015, a modo de ejemplo son: en el Puerto de Iquique, una vez concluida la ingeniería básica (junio 2015) licitar la obra de reconstrucción del Molo dañado por los terremotos del 1 y 2 de abril de 2014 y se articulará de mejor manera la logística operacional entre el Puerto y la ZOFRI. En el Puerto de Antofagasta se reforzará el Terminal N° 1 dañado por el terremoto de 1995. En el Puerto de San Antonio, el concesionario Puerto Central iniciará la operación de la etapa 1A de la obra obligatoria que en 2017 completará 700 metros lineales. El equipamiento considera nuevas grúas pórtico del tipo Post Panamax y sus trabajadores están siendo capacitados para asumir esa operación.

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